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26 d’octubre del 2015

EL CABALLO ESPAÑOL

 EL CABALLO ESPAÑOL

No se sabe a ciencia cierta el verdadero origen del Caballo Español, sin embargo sí se tienen pruebas de que en la época prerrománica existían referencias ecuestres en lo que hoy se conoce como España.
Autores romanos como Plutarco, Plinio el Viejo y Séneca nos hablan del caballo de Hispania, como un ejemplar bello, dócil, arrogante y valiente, ideal para la guerra y para los juegos que se desarrollaban en los circos de la época.
El Rey Felipe II ordenó la cabaña caballar de su reino y puso las bases definitivas para que el Pura Raza Española alcanzara su apogeo en años venideros. Lo consiguió mediante la creación de las Caballerizas Reales de Córdoba, donde agrupó los mejores sementales y yeguas de las provincias que bordean el Guadalquivir, que por aquel entonces eran las más prolíficas en la cría de caballos.
Así nació la Yeguada Real, que con el tiempo pasó a ser la Yeguada Nacional. Se enviaron entonces multitud de caballos al continente americano, que influyeron decisivamente en su exploración, y éstos fueron el origen y la base de la mayoría de las razas que posteriormente se criaron en América.
Razas como el Lipizzano, Lusitano, Paso Fino o los caballos de sangre caliente centroeuropeos se crearon también a partir del Caballo Español.
En la actualidad, la población mundial de caballos de Pura Raza Española (PRE) registrada por el Libro Genealógico del PRE asciende a 180.000 ejemplares, criados en más de cincuenta países.

La Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española (ANCCE) señala que algunas denominaciones como caballo andaluz o ibérico no representan al PRE, sino que habitualmente se trata de caballos cruzados que carecen de los controles de calidad y pureza y de la documentación oficial del Libro Genealógico del PRE. En cambio, los llamados caballos cartujanos son una familia dentro del Pura Raza Española.



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